No sé si les ha pasado, pero una cosa que me sucede a cada rato desde hace varios meses (y hasta me aburre un poco) es ver cada vez que entro a LinkedIn, y algunas veces en Facebook, fotos de grupos de personas posando frente a una pared/pizarra/foam llena de estos benditos papelitos de colores conocidos bajo la marca registrada de 3M como «Post-its» y con descripciones como: «acá aprendiendo design thinking», «aplicando human centered design», «innovando en la empresa XYZ», etc. y un millón de hashtags como: #Innovación #DesignThinking #Agile #TransformaciónDigital #SCRUM, etc., etc., etc. luego de la frase.
No tengo nada en contra de que la gente lo haga: es su vida, su tiempo y sus redes sociales, por lo que pueden publicar lo que quieran, cuando quieran, como quieran (obviamente sin afectar negativamente a quienes los rodean). Pero todas esas publicaciones me hicieron reflexionar y hacerme una pregunta: ¿Cuántas de las ideas y proyectos construidos en base a esos papelitos con pegamento realmente llegan a analizarse y/o ejecutarse (no digo tener éxito, porque en la innovación no todos los proyectos tienen éxito) y cuántas quedan sólo para la foto y/o para que las áreas de innovación o recursos humanos puedan jactarse de haber «capacitado» a su gente en herramientas y metodologías de innovación?
En base a mi experiencia y conociendo un poco cómo se está desarrollando el ecosistema de innovación en nuestro país, me atrevería a decir, siendo optimista, que la proporción es 90% para la foto y 10% para hacer algo en serio. A este resultado yo lo llamaría la «innovación posera».
¿Cómo sabemos si sufrimos del síndrome de la innovación posera? Algunos de los síntomas más frecuentes que he identificado son:
- Te jactas de tener un área de innovación y sólo tienes a una persona con el cargo de «Gerente / Jefe / Coordinador de innovación» sin recursos, gente, ni apoyo de la organización.
- Haces talleres y dinámicas de innovación sólo para tomarte fotos y subirlas a las redes sociales de tu empresa y luego botas todo lo trabajado.
- Los talleres que realizas son sólo para cumplir con el indicador de horas de capacitación en innovación, ya que la gente que asiste, al salir del taller, no tiene tiempo ni espacio para aplicar lo aprendido.
- Obligas a tus colaboradores a participar en estas dinámicas creyendo que así vas a generar la cultura de innovación, pero lo único que logras es que la gente le agarre cólera a estos espacios y metodologías.
- Publicas un montón de artículos de innovación en las redes sociales de la empresa, pero no estás desarrollando ningún proyecto de innovación al interior de la organización, porque tu gente no tiene el espacio para juntarse a trabajar en un experimento de innovación, ya que el día a día y «apagar incendios» son más importante o porque simplemente innovar no es parte de sus funciones.
- Incluyes la palabra innovación o la conjugación del verbo innovar como parte de tu slogan / misión / visión y más de la mitad de tus colaboradores no entienden lo que es innovación para tu empresa.
- No tienes indicadores cuantitativos ni cualitativos en la evaluación de desempeño de tus colaboradores para medir el desarrollo de las iniciativas de innovación en tu empresa.
- Crees que innovar es adquirir nuevas tecnologías, implementar un ERP o CRM, tener un chatbot, comprar startups o copiar exactamente lo que hace tu competencia.
- Tratas de implementar nuevas tecnologías como sea (drones, realidad virtual, 3D printing, etc.) sin analizar si responden a una verdadero insight / necesidad / dolor de tus usuarios o del negocio.
- Incluyes la innovación como parte de tu plan estratégico pero en las reuniones de seguimiento ni siquiera tocan el tema.
- Viajas por todo el mundo y asistes a todos los eventos de innovación que puedas para inspirarte y abrir la mente, pero nunca aterrizas nada de lo que aprendiste en estos espacios.
- Contratas a consultoras de innovación para trabajar distintos proyectos o que te ayuden a generar diagnósticos e informes sobre tu gestión de innovación y todos sus entregables con conclusiones y recomendaciones terminan con hongos en un cajón.
Si en más de una frase respondieron SI, sugiero que replanteen su perspectiva de la innovación corporativa.
Los riesgos y desventajas de la innovación posera son los siguientes:
- Que tu gente pierda credibilidad en la palabra innovación, ya que ve es puro bla, bla, bla y la organización no hace nada concreto.
- Invertir tiempo y recursos adquiriendo una tecnología o software que quizás la empresa nunca necesitó sólo para decir que lo tenían.
- Gastar plata y tiempo capacitando a tus colaboradores en metodologías de innovación para que luego no puedan aplicar lo aprendido, o peor, que todo les entre por un oído y les salga por otro.
- Frustración por parte del individuo responsable de innovación, dado que siente que toda la responsabilidad de innovar está en sus manos. Innovación, como Defensa Civil, es tarea de todos.
¿Qué hacer para no caer en la innovación posera?
- Todos los directivos tienen que ser conscientes de que la innovación es una inversión y que no basta con decir que están comprometidos con innovar de la boca para afuera, sino también poniendo a su gente y sus recursos a disposición del desarrollo de los experimentos de innovación.
- Lo más importante para generar innovación son las personas, así que tienes que darle a tus colaboradores los espacios y herramientas necesarias para que puedan llevar a cabo distintas iniciativas de innovación.
- Si vas a tener una persona que se encargue de articular el tema de innovación en tu empresa, bríndale los recursos (gente, presupuesto, etc.) y el soporte necesario para que pueda generar los famosos quick wins que toda la organización espera.
- Si vas a incluir la innovación en tu plan estratégico, asegúrate de ponerle algunos indicadores y monitorearlos en las reuniones de seguimiento.
- No publiques tantas cosas sobre la innovación ni alardees a los 4 vientos de que eres una organización innovadora si no le vas a dar a tu gente el tiempo y espacio para desarrollar proyectos de innovación, porque quedas como una organización hipócrita.
- No obligues a las personas a ser parte de determinadas iniciativas de innovación, todo tiene que darse de manera voluntaria (pero con indicadores que midan los avances). Una vez escuché que una persona experta en temas de innovación dijo: «La innovación es como enamorarse, no es algo que se pueda forzar.» Si te interesa el reto a resolver y conectas a nivel intelectual y emocional con el desafío, todo va a fluir.
La reflexión final de este post es que tratemos de ser conscientes del enorme valor que agrega la innovación en las organizaciones y realmente hagamos el esfuerzo de llevar a cabo proyectos de innovación en nuestras empresas. De nada sirve tener un millón de ideas si se van a quedar anotadas en los post-it pegados en las paredes. Innovación son ideas pero más que todo es sangre, sudor y lágrimas hasta lograr el objetivo o aprender de las experiencias fallidas y lanzarse nuevamente a la piscina. Como dijo Thomas Alva Edison: «El genio es resultado de 1% de inspiración y 99% de transpiración».