Este mes de agosto se cumple un año desde que mi vida profesional dio un giro radical: pasé de trabajar en una empresa de explosivos a una agencia de publicidad. Y creo que fue una de las mejores decisiones que he tomado en la vida.
Antes pensaba ¿una administradora en una agencia de publicidad? WTF, y luego ese WTF se convirtió en un Hell yeah!
Consejo 1: No tengamos miedo de postular a posiciones en las que creemos que jamás podríamos trabajar pero que se relacionan en algo con lo que hemos estudiado o en lo que tenemos experiencia (osea tampoco les estoy diciendo que postulen para médicos si no han estudiado medicina) pero busquen distintas opciones si es que quieren probar nuevas cosas en su vida profesional. Lo peor que puede pasar es que nos digan que no (si es que nos responden, porque hay reclutadores que jamás responden y me parece malazo que dejen a los postulantes en ascuas) pero habremos ganado experiencia que es super valioso.
Consejo 2: Si estamos en la posición de contratar gente para nuestros equipos, definamos bien las cualidades que queremos que tengan como personas y como profesionales, además de los conocimientos y el expertise técnico. A veces, hay cualidades inherentes a la persona que la hacen ad hoc para una posición mientras que el conocimiento y expertise se pueden adquirir con capacitación y con experiencia en la cancha. Quizás si le damos oportunidades a personas con diferentes perfiles y backgrounds podemos llevarnos una sorpresa agradable al complementar nuestros equipos con perfiles multidisciplinarios que enriquezcan nuestra visión de las cosas.
Para serles sincera, antes de entrar a la agencia no tenía muy claro varias cosas: cómo funcionaba una agencia, que áreas habían y en qué consistía la chamba de planning que era el área donde estaba entrando a trabajar. Pero decidí investigar y aprender todo lo que podía sobre la vida en agencia y en esta parte debo darle las gracias totales a mi hermana que es publicista y que sin su apoyo constante esta transición del mundo corporativo al mundo publicitario hubiera sido más traumática más difícil de lo que fue. Es más, hasta el día de hoy me sigue ayudando con cosas que aún me cuesta entender.
Consejo 3: Debemos ser humildes para reconocer que hay muchas cosas que no sabemos (incluso de la misma empresa en la que trabajamos) y debemos pedir ayuda para no fregarla. Más barato es preguntar que corregir errores que pudieron haberse evitado si preguntábamos antes.
Mientras pasaban los días y las semanas le agarraba más ritmo a la chamba (ya que todos pasamos por una curva de aprendizaje cuando empezamos a realizar una nueva actividad, como por ejemplo un nuevo trabajo) y finalmente entendí en carne propia cuál era la función del área de planning en la agencia y cuál era mi chamba como planner. En resumen, mi definición del área de planning es la siguiente:
Es el área de la agencia que recibe el pedido del proyecto, campaña, etc. y se encarga de armar una estrategia teniendo en cuenta diferentes aspectos como:
- Las necesidades del usuario (el consumidor final del producto/servicio)
- Los objetivos del cliente (la empresa / marca que nos contrata)
- El entorno competitivo (entender qué está haciendo la competencia y cómo podemos diferenciarnos)
- Los puntos de contacto entre la marca y los usuarios (a través de qué medios queremos alcanzarlos con nuestro mensaje, producto, servicio, etc.)
- La relación entre los puntos 1 a 4 con un poco de sal, pimienta, bastante criterio y sentido común.
Nosotros como planning, somos el primer eslabón de la cadena, el engranaje inicial que ayuda a mover toda la maquinaria. Nuestra chamba sirve de input al equipo que ve el proyecto en general, sobretodo al equipo creativo, a quienes considero como mis clientes internos (sorry, todavía me queda el pensamiento de clientes y proveedores internos de mi lado corporativo). Al ser el área creativa mi cliente, debo entender cuáles son sus necesidades de información para el proyecto en específico y diseñar una estrategia que les sirva como pase de gol para que ellos puedan crear todas las ideas que luego serán parte del proyecto, campaña, etc.
Consejo 4: A veces creemos que nuestros únicos clientes son los que nos contratan y pagan por un producto o servicio, pero al ser parte de una empresa (sin importar el tamaño) somos parte de un proceso que se debe cumplir para poder lograr los objetivos, entregables y tangibilizar nuestra propuesta de valor como organización. En ese proceso nosotros recibimos inputs de algún lugar (puede ser el cliente que nos contrata o alguna otra área de nuestra empresa), realizamos nuestro trabajo y lo que hagamos (nuestro output) va a ser el input para alguna otra área o para el consumidor final y para poder ofrecerles un entregable de calidad, debemos ser capaces de entender sus deseos y necesidades. Tener este pensamiento sistémico, nos hace entender que somos parte de algo más grande que nuestra propia posición o área y nos enseña que nuestras acciones tienen un impacto en el todo y en la satisfacción tanto de nuestros clientes como en la de los clientes de nuestros clientes.
Apenas entendí la función de Planning, me di cuenta que si bien no soy publicista de formación, si contaba con el perfil porque hay varias cosas que hago en la chamba que las hacía antes de entrar a la agencia y no sabía hasta ese momento que se iban a “conectar los puntos” como diría Steve Jobs. Como decía Jobs, los puntos no se pueden conectar mirando hacia adelante (nadie puede predecir el futuro), siempre se conectan mirando hacia atrás, por lo que debemos tener fe de que lo que hagamos en el presente hará que los puntos se conecten de alguna forma en el futuro y así me pasó cuando entré en este trabajo, que después de un año, me sigue fascinando como el primer día.
Un comentario en “Confesión #41: Descubrí que los «puntos» se conectan hacia atrás”