Hace un mes exacto (22 de julio) me inscribí como voluntaria digital de la colecta Ponle Corazón 2020 luego de ver una publicación de la organización de voluntarios Proa en mis redes sociales.
Por si no conocen de qué se trata la colecta, les dejo la info que encontré en la web oficial de la Fundación Peruana de Cáncer (FPC):
¿Qué es Ponle Corazón?
Es la colecta anual que realiza La Fundación Peruana de Cáncer desde 1983 a nivel nacional para recaudar fondos destinados a solventar el tratamiento de esta enfermedad para los pacientes más necesitados de nuestro país.
La Fundación Peruana de Cáncer brinda asistencia integral, a través del albergue Frieda Heller a pacientes de escasos recursos de todo el país ofreciéndoles hospedaje, alimentación completa, transporte, asistencia social, apoyo psicológico, soporte espiritual, seguimiento del tratamiento, medicinas, así como exámenes y prótesis.
Web oficial FPC
Desde hace tiempo quería participar como voluntaria de esta colecta y salir con mi lata roja a recorrer las calles de Lima en busca de donaciones, pero a mi mamá (con justa razón) le preocupaba que me pasara algo en la calle. Hay que admitir que ser mujer en el Perú no nos garantiza ninguna seguridad estando solas en la calle. (Bueno, por lo menos yo no me siento segura y trato de poner cara de mala para que nadie se me acerque cuando camino sola por la calle, pero esa es otra historia). Así que cuando vi que este año, por la coyuntura, la colecta iba a ser 100% digital y que sólo necesitaba tener Facebook e Instagram para participar no lo dudé ni un instante y me inscribí.
¿Por qué de todas las causas que hay para hacer voluntariado me interesó la colecta Ponle Corazón? Porque tengo una lucha pendiente contra el cáncer. Mi papá falleció de cáncer hace 5 años y desde ese momento me prometí luchar contra la terrible enfermedad que se llevó a mi papá.
Sé lo que es tener un ser querido con cáncer y no se lo deseo a nadie. Ver cómo el cáncer va consumiendo al paciente que lucha por su vida, que va a quimioterapias y radioterapias para tratar de ganar la batalla pero que poco a poco va perdiendo vitalidad, cabello, peso y energía te marca un montón.
Volviendo al tema del voluntariado, la inscripción fue a través de la web de Proa, llenando un formulario y listo. Cuando me llegó el correo de confirmación estaba tan feliz como Harry Potter cuando recibió su carta de admisión en Hogwarts. Sabía que podría colaborar con mi granito de arena a transmitir el mensaje de la Fundación Peruana de Cáncer para reunir donaciones y ser, junto con los demás voluntarios, la voz de miles de pacientes con cáncer más necesitados de nuestro país.
Luego de participar (virtualmente, obvio) en una capacitación donde nos explicaron la dinámica del voluntariado, la estructura de los grupos y cómo registrar nuestros indicadores diarios (ya que «lo que no se mide, no se puede mejorar») empezamos con toda la energía el viernes 07 de agosto.
La FPC subía todos los días a una carpeta en Drive el material para compartir en nuestro Facebook e Instagram al día siguiente y nosotros teníamos que redactar el copy de nuestras publicaciones e historias e incluir el link de las donaciones. Y bueno además de FB e IG también utilicé mi WhatsApp, LinkedIn y Twitter para tratar de hacer llegar este mensaje a la mayor cantidad de personas posible. (Estoy segura que en este tiempo algunos de mis contactos se habrán aburrido de mis mensajes de la colecta y me habrán silenciado, pero no importa. Y a los que vieron mis publicaciones, las compartieron y donaron a la colecta, mi agradecimiento total y sincero de todo corazón.)
Cada noche teníamos que registrar en un formulario los links de nuestras publicaciones de Facebook e Instagram e indicar el número de likes, comentarios, compartidos y vistas en las historias. Seguro muchos de ustedes pensarán: «ay, qué flojera publicar y reportar indicadores todos los días» pero pónganse a pensar en que ese esfuerzo que puede ser mínimo (redactar un copy, publicar un post, copiar y pegar un par de links, llenar unos números y hacer algunos clicks) puede tener un impacto súper grande en la vida de muchos pacientes con cáncer que no tienen los recursos económicos para pagar su tratamiento. Me olvidé de contarles que el cáncer es una enfermedad carísima de tratar y si mi papá no hubiera tenido un seguro oncológico habríamos tenido que buscar financiamiento (y quizás estaría endeudada hasta los 50 años). Así que como consejo, contratar un seguro oncológico es una de las mejores inversiones que pueden hacer, ya que el cáncer no discrimina.
Imagínense todas las personas en situación de vulnerabilidad que sufren de cáncer y que no pueden pagar su tratamiento. ¿Merecen morir por falta de dinero? Yo creo que no, y es ahí donde entra la labor admirable de la FPC que este año cumple 60 años. 60 años de trabajar por salvar vidas y por brindar esperanza a pacientes oncológicos (el 50% de los pacientes que atiende la Fundación son niños y adolescentes) y a sus familias. Y si no lo sabían, la Fundación se financia exclusivamente de donaciones, por lo que la colecta Ponle Corazón es una de sus grandes fuentes de ingresos para seguir cumpliendo esta incansable misión año tras año.
Así que ya saben, además de usar nuestro Facebook e Instagram para publicar diversas cosas y recibir likes o comentarios que nos ayudan a alimentar el ego en muchos casos, también podemos usar estas plataformas para un fin más altruista que ayude a las personas que más lo necesitan. Los invito a buscar oportunidades de voluntariado digital, ya que es algo que podemos hacer desde nuestras casas e impactar positivamente en la vida de muchas personas. Y hay voluntariados de todo tipo, si no se identifican con la lucha contra el cáncer, entonces los animo a buscar una causa que los apasione y a unirse como voluntarios. A veces no se necesita mucho tiempo, con el tiempo que invertirían en ver una película en Netflix, ya podrían estar ayudando a una persona a cambiar su vida.
Y bueno, después de esta increíble experiencia quería agradecer a Proa y a la Fundación Peruana de Cáncer por la oportunidad y por la gran organización del programa, y a la líder Emily y co-líder Emily (si se llaman igual) del Grupo 27, que fue ese grupo lleno de maravillosas personas con las que trabajamos para llegar a la meta.

Si quieren conocer un poco más de lo que hace la FPC les dejo un vídeo con la increíble labor del departamento de enfermería de la Fundación. Y si no pudieron donar durante la colecta Ponle Corazón, no se preocupen que la fundación recibe donaciones todo el año. Así que los invito a unirse a la lucha contra el cáncer y a apoyar a organizaciones solidarias como la FPC.