Quizás creer en el destino pueda sonar un poco loco e inverosímil, pero creo que hay «señales» y oportunidades en esta vida que no podemos ignorar ni desaprovechar. Una de esas «cosas» me pasó el martes 02 de mayo 2017.
Estaba de lo más tranquila en mi oficina, chambeando, cuando recibí un mensaje por whatsapp de un amigo (mi ex-mentor de los Ynnovadores, aunque él detesta que lo llame «mentor», así que dejémoslo como Maestro Jedi, aunque él está más encaminado hacia el lado oscuro, así que fácilmente podría ser un Sith). En su mensaje me decía que estaba enfermo y que no podría dictar la primera clase de la 7ma generación de la Academia ASEP y me pedía si podía reemplazarlo.
La noticia me cayó como un baldazo de agua fría, ya que la clase era sólo a unas horas de distancia del dichoso mensaje. Para serles sincera, por un momento dudé en aceptar la propuesta, pero algo dentro de mí me dijo que asuma el riesgo, para descubrir qué saldría de esa experiencia. Así que, después de unos minutos le dije que sí, y me envió la que iba a ser su presentación de la noche. Minutos después, me ubicó la Directora de la Academia para reconfirmar mi participación y ya estaba todo listo para mi debut.
Revisé el tema y vi que eran conceptos que ya había visto en la universidad y en la primera generación de la academia ASEP (de la que fui parte en febrero 2016 y que documenté en mi confesión #6). Además, también había aplicado parte de esos conceptos en mi chamba, así que en buena hora sabía que podía manejarlo. Eso me dio un poco más de tranquilidad, así que modifiqué un poco la presentación, cambié algunos conceptos y el orden de las diapositivas y ya estaba lista.
La clase empezaba a las 7pm en San Isidro, pero para estar más tranquila salí de mi oficina a las 5:45 y a las 6:10 ya estaba en la casa ASEP. No iba a la casa desde que ayudé a pintar una pared el año pasado, cuando recién se estaban mudando al nuevo local, y la verdad es que les quedó increíble!!!. La Casa ASEP transmite la vibra de ser un espacio de aprendizaje y colaboración para emprendedoras y emprendedores. Le di una última chequeada a las diapos y me quedé esperando a mis alumnas y alumnos.
Los más puntuales empezaron a llegar desde las 6:30pm y estuvieron en una salita de espera mientras terminábamos de limpiar el salón principal, colocar los materiales en las mesas de trabajo y pegar post-its en las paredes. Cuando llegaron les dijimos que escriban en los post-its de la pared, el porqué deseaban emprender. Una vez que lo hicieron, me acerqué a leer y la verdad es que son muy variadas las causas por las que deciden emprender, como por ejemplo: ser su propio jefe/a; desarrollar networking para potenciar su empresa, seguir su pasión, ayudar a los demás, etc.
Cuando ya estuvo casi llena el aula (tenía 20 almas viéndome fijamente), Chiara, la Directora de la Academia, hizo una breve introducción, presentó lo que es ASEP y luego me presentó a mi. Cuando me cedió la palabra, vino mi primera gran preocupación. ¿Qué les digo? ¿cómo me presento? ¿qué he hecho en mis cortos 25 años que merezca ser la pena ser contado? (entendiéndose que había gente que quizás me doblaba la edad como parte de la audiencia). Mi cerebro al toque me dio la respuesta: sé honesta, sé tu misma y no te subestimes, que la edad es sólo un número y para tener 25 años, has logrado muchas cosas, sino no estarías ahí parada. Esa inyección de autoconfianza me permitió seguir adelante.
Les conté que soy la responsable del área de innovación de una empresa de soluciones en fragentación de roca (sí, vendemos explosivos que hacen «boom», pero muchas cosas más también, que ayuden a nuestros clientes a lograr sus objetivos). Les conté que estuve sentada como ellos al haber sido parte de la primera generación de la academia. También les dije que un par de veces quise emprender, pero por motivos y problemas diversos, ninguno de mis dos emprendimientos pudo ver la luz, pero que si quiero emprender algo propio algún día.
Una vez hechas las presentaciones empezamos. El primer tema fue identificar nuestro propósito en esta vida. Sé que suena a una pregunta existencial, y que quizás muchos de nosotras/os aún no tengamos la respuesta. Pero siempre es bueno hacer el ejercicio de introspección y poder conocernos cada vez más. Una vez dejado el primer desafío como tarea, pasamos a las presentaciones entre los chicos y chicas de esta generación. Se agruparon en parejas, y en bloques de 5 minutos cada uno le explicó su idea de negocio a su partner.
Luego, les pedí que compartan con toda la clase los temas de los que habían conversado, pero no que nos contaran su propia idea, sino la de su compañero/a. Esto nos ayuda a integrarnos y a saber escuchar y empatizar con la otra persona, lo cual es muy importante. El emprendedor de éxito no está sólo, no puede ser un «solopreneur» como una vez escuché. Siempre se necesita un equipo comprometido y enfocado para sacar las cosas adelante.
Una vez que todos contaron las historias, me di cuenta que el grupo era bien variado (lo cual es genial y sé que se hace un trabajo previo de filtrar los distintos perfiles para lograr tener un grupo multidisciplinario con diversos backgrounds), pero la variedad es positiva, ya que en estos contextos es donde se conciben ideas geniales. Pero, más allá de la heterogeneidad de perfiles, algo que compartían y que pude ver en todos/as, era esa pasión y chispa en los ojos por querer emprendeder algo o potenciar lo que ya estaban trabajando. Aunque parezca difícil de creer, de un salón de clases como ese, pueden salir futuros socios, co-founders, proveedores o clientes, lo cual me parece súper emocionante.
Después de que todos ya se conocieron de manera preliminar, hicimos un break de 10 min. antes de empezar con los trabajos grupales. El primer trabajo fue sobre el mapa de empatía, que es una herramienta que nos permite realmente ponernos en el pellejo de nuestros cliente, porque nos ayuda a cuestionarnos cosas como ¿qué siente mi cliente? ¿qué ve y oye en su entorno? ¿cuáles son sus principales dolores y con qué se siente feliz?. Esto nos sirve para darnos una idea de en qué área o rubros podemos emprender para solucionar los «dolores» de nuestros clientes. Algo que siempre ocurre, es que nos enamoramos de la solución (nuestra idea de negocio) pero no sabemos si responde claramente a un problema. Y si no responde a un problema, quizás los que pensamos que serían nuestros consumidores, al final no lo son. Hay que saber poner a nuestros clientes en el centro de lo que hacemos, ya que es básico para poder ofrecerles las mejores soluciones. Pueden profundizar más de esta herramienta en el siguiente link: (https://www.openfuture.org/es/toolbox/mapa-de-empatia)

Y para cerrar la clase desarrollamos un caso con la herramienta del business model canvas (https://www.openfuture.org/es/toolbox/business-model-canvas). Esta herramienta nos permite en un sólo brochazo, analizar 9 bloques que construyen nuestro modelo de negocio. Si me preguntan cómo se conectan las dos herramientas, se conectan en muchos sentidos:
1) El mapa de empatía nos ayuda a descifrar el perfil de nuestros clientes. Con esto podemos llenar el bloque de construcción «Segmento de clientes» del Canvas.
2) En el mapa de empatía tenemos que identificar los «dolores» de nuestros clientes y eso es el input básico para definir nuestra propuesta de valor, es decir, cómo le vamos a solucionar la vida a nuestros consumidores, en ese aspecto específico que queramos atacar.
3) En el mapa de empatía, tenemos que poner que ve y que oye el cliente, lo cual nos va a dar una idea de los medios con los que nos podemos comunicar con ellos, y nos ayuda a llenar el bloque de canales a través de los cuales vamos a comunicar esa propuesta de valor que estamos diseñando. Además, una vez que tengamos la propuesta de valor y los canales de comunicación identificados, vamos a poder definir qué tipo de relación queremos establecer con cada uno de nuestros segmentos de clientes (hay modelos de negocio que pueden estar dirigidos a más de un segmento de consumidores).
4) Finalmente, conocer a profundidad a nuestros clientes también sirve para establecer cuáles son las actividades clave que se debemos realizar para desarrollar una relación con ellos y lograr fidelizarlos. Además, el costeo de esas actividades y recursos necesarios va en nuestra estructura de costos, que es otro bloque del modelo.

Ya para ir terminando, les cuento que me encantó la experiencia!!! (y ojalá les haya gustado a mis alumnas y alumnos también). Desde que estaba en el colegio me encantaba exponer y cuando estaba en la universidad, les enseñaba a mis amigos los temas de algunos cursos antes de los exámenes (cual profesora). Enseñar es algo que siempre me ha apasionado y que tengo entre mis metas de vida, ya que espero poder ser profesora universitaria (a tiempo parcial) en el mediano plazo. Y la lección de esta confesión es que no tengan miedo de aceptar esas oportunidades que les da la vida, por más pánico que sientan. Como bien dice el refrán: «el que no arriesga, no gana» (o en mi caso, «la que no arriesga, no gana» y creo que gané una súper experiencia.)
