Sé que estoy en falta por no haber escrito hace dos domingos, pero he descubierto que estoy atravesando por una crisis creativa (que aún no sé cuándo acabará y me tiene como loca).
Nunca pensé que podría atravesar una crisis creativa, pero creo que nunca hay que decir nunca. Es inverosímil echarle la culpa a seres de otro planeta de haber robado nuestras ideas, pero suena divertido el sólo pensarlo (es más, se me acaba de ocurrir una película con esa trama).
Además, está en la naturaleza humana el encontrar culpables externos a todos nuestros problemas, aunque seamos nosotras mismas las que nos los ocasionamos. Yo no soy muy partidaria de esa filosofía, ya que creo que si tenemos un problema, primero debemos hacernos una revisión introspectiva para analizar la causa raíz. Al fin y al cabo, somos nosotras las que decidimos cómo nos va a afectar lo que nos sucede y la importancia que le vamos a otorgar a eso en nuestra vida.
[Por si acaso, sí creo en los extraterrestres. Es imposible que los seres humanos seamos los únicos habitantes en toda esta galaxia infinita. Pero aún no he visto ninguno. Creo que son demasiado inteligentes para querer acercarse a un planeta tan primitivo y belicoso como el nuestro.]
Por ejemplo, si un carro nos cierra mientras manejamos camino al trabajo, y en venganza tratamos de adelantar y cerrar al otro vehículo, para posteriormente acordarnos de su mamá, abuelita y toda su ascendencia materna (ahora que me doy cuenta, las lisuras siempre incluyen a las madres pero nunca a los padres), entonces le estamos dando mucha importancia a un hecho que, si lo analizamos con la cabeza fría, no merece ni el 0.5% de nuestra energía. Está bien, el otro conductor (o conductora) fue un imbécil por haber hecho eso, pero su karma llegará tarde o temprano. Nosotras no nos deberíamos arruinar una linda mañana y empezar el día con el pie izquierdo, por algo que no vale la pena. Al principio es difícil, pero esta habilidad de hacer que las cosas sin verdadera importancia no nos afecten en el día a día, se puede desarrollar poco a poco.
Como nunca había experimentado este bloqueo por tanto tiempo, decidí acudir a Google que todo lo sabe, y buscar «cómo superar un bloqueo creativo». Pero antes de superar algo, es importante que entendamos de qué se trata. Sino, vamos a estar como un médico que no sabe qué recetarle a su paciente, porque no están definidas las causas de la enfermedad.
En esa búsqueda implacable, encontré un simpático vídeo de youtube que explica exactamente cómo me siento en estos momentos:
No sólo a las escritoras y escritores nos dan estos bloqueos creativos, nos puede pasar en cualquier aspecto de nuestra vida, independientemente de la profesión que tengamos.
En este momento siento este bloqueo creativo en dos aspectos cruciales de mi vida:
- En mi faceta de blogger, ya que no fluyen las ideas para escribir nuevos posts. Y no es que no tenga material para escribir, sino que las ideas están por ahí flotando a su antojo y se les hace difícil unirse en mi mente para formar un conjunto semi ordenado de conceptos que puedan transmitir lo que quiero. Tampoco se puede escribir por escribir, tienen que saber cuál es el mensaje que desean transmitir, y en base a eso elaborar un texto coherente que cumpla con el objetivo comunicativo que esperan.
- En mi faceta de emprendedora (y este es el bloqueo que más me aterra). Si bien tenía una idea de negocio que estaba desarrollando, siento que he llegado a un punto sin retorno. No siento la pasión ni la inspiración necesaria para continuar desarrollándola. Por más que he intentado meterle todas las ganas y las buenas vibras del universo, no siento ese click que debería sentir, y me apena terriblemente. Pero es como cuando hay un chico que nos parece simpático y sabemos que es un buen partido y que también le gustamos, pero simplemente no podemos estar con él, porque no hay química, magia, chispa, mariposas en el estómago o como quieran llamarlo. No hay peor cosa que querer forzar algo que sabemos desde un inicio que no va a funcionar como esperamos, y siento que eso ha pasado con mi proyecto. (Y si ustedes deciden estar con ese pata que saben que no les mueve el piso, pero lo consideran su «peor es nada», les recomiendo que piensen muy bien lo que están haciendo, porque no es para nada agradable jugar con los sentimientos ajenos. Además, como ya les comenté, el karma existe y les llegará tarde o temprano.)
For the record, no es que esté tirando la toalla con el hecho de ser emprendedora. Sigo con la idea y las ganas de querer cambiar el mundo, pero aún no descubro cómo. Simplemente, estoy tomando un tiempo para volver a descubrir qué es lo que me motiva, me apasiona y me mueve a la acción. Estoy tomando un «tiempo fuera» del partido para conocerme a mí misma y encontrar algunas de las respuestas que tanto anhelo. Una vez que tenga claro hacia donde quiero ir, las ideas de negocio van a aparecer en el camino y tengo que tener los ojos y la mente suficientemente abiertos como para identificarlas a tiempo.
Y bueno, trataré de seguir alguno de los consejos que encontré en este interesante artículo de cómo superar este bloqueo creativo que me afecta por partida doble.
Pinterest es una buena fuente de ideas para cuando pasa esto. Odio cuando pasa esto 😦
Me gustaMe gusta
Gracias por el dato Diana, usaré Pinterest más seguido 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona