Confesión #32: La emprendedora se confesó

El viernes 20 de octubre, fui invitada por un amigo que conocí en la Academia ASEP (hace poco más de un año y medio) a dictar una charla al grupo de interés de emprendimiento e innovación de la Facultad de Ingeniería de la UDEP Campus Lima.

No sé si todos sabrán qué es un «grupo de interés» (yo no sabía hasta que mi amigo me lo explicó porque creo que en mi época universitaria no existían, o si existían yo no era consciente de su existencia). Un grupo de interés, es un conjunto de alumnos que tienen intereses en común y se reúnen semanalmente fuera del horario de clases para desarrollar una temática de su interés, asesorados por un profesor. La idea del grupo es que, al final del ciclo, puedan presentar un proyecto relacionado al tema en cuestión.

Apenas mi amigo me invitó, la primera pregunta que me vino a la mente fue ¿y ahora qué les cuento?. Y entre tanto pensar, llegué a la conclusión que la mejor forma de contar algo es a través de nuestra propia historia y experiencia. Es así como armé una presentación tipo álbum de fotos del recuerdo (desde mi más tierna infancia hasta la actualidad, superando el roche que eso significaba), bastante didáctica y ligera (puras imágenes y 2 o 3 palabras por diapo para articular mensajes clave), ya que sabía que mi público objetivo eran alumnos de pre-grado después de una dura semana de clases y prácticas pre-profesionales. Yo también he estado en esa posición y lo último que quisiera un viernes en la noche es una presentación súper extensa con mucho texto y un expositor/a telaza con voz de zombie para quedarse jato. Y la pregunta del millón que me hago cada vez que termino de armar una presentación es ¿y ahora cómo la titulo?. Y para esta oportunidad no se me ocurrió mejor idea que llamarla como este, mi querido blog.

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Iniciando las confesiones

 

Justo ese viernes que quería salir a tiempo de la chamba para llegar tranqui, se me presentó un tema en la oficina que me hizo quedarme más allá de las 5pm y salir corriendo (Gracias Murphy). Igual pude llegar al campus de la UDEP en Miraflores 10 minutos antes de mi charla .

Entré al salón que estaba en un sótano (un poco creepy) y me encontré con un grupo de 6 alumnos que esperaban a ver qué les iba a contar. Nunca en mi vida había estado del «otro lado» en un salón de Universidad, y para serles sincera, sentí un poco de temor. Mi mente se puso a hacerme preguntas como ¿qué tienes tú para enseñarles a estos chicos? ¿por qué tendrían que hacerte caso? ¿qué has logrado en tu corta vida que sea digno de ser contado? y así una serie de preguntas que trataba de callar en mi alborotado y autosaboteador cerebro.

Otra pregunta que me hice fue ¿qué hace un grupo de alumnos de entre 18 y 22 años sentados un viernes 6:30 pm en la Universidad cuando ya habían acabado todas sus clases en lugar de estar toneando? Y recordé que mi amigo me había comentado que era un grupo de jóvenes con ganas de emprender en un futuro cercano. Y ahi todo me quedó más claro: cuando hay algo que realmente nos apasiona podemos quedarnos hasta la hora que sea con tal de aprender y sacar adelante nuestros proyectos.

Empecé mi presentación con un poco de miedo, pero poco a poco me fui soltando. Creo que un secreto para romper el hielo, y dejar que las cosas fluyan, es interactuar con el público. En lugar de ser una exposición formal, lo mío fue más bien un diálogo súper interesante con jóvenes que quieren comerse el mundo (como yo). Y sin darnos cuenta se pasó una hora y media de esta entretenida tertulia emprendedora y salimos pocos minutos después de las 8 de la noche.

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Escuchando a la audiencia

 

Lo que quería compartirles eran esas confesiones experiencias que les presenté a estos increíbles chicos:

  1. Sean curios@s: e investiguen para resolver sus dudas y aprender cosas nuevas. Ojo que estoy diciendo curios@ no chismos@ (son dos cosas totalmente diferentes).
  2. Lean, lean, lean: con cada lectura ampliamos más nuestro universo de conocimientos
  3. Salgan de su zona de confort: suena cliché, pero en verdad si queremos crecer como personas y profesionales tenemos que atrevernos a hacer cosas que normalmente no haríamos
  4. Desafíen el status quo, siendo rebeldes con causa: Si nos vamos a oponer a algo, hay que sustentarlo argumentos lógicos y con data (en la medida de lo posible) y no simplemente cerrarnos o dar la contra como niñ@s caprichos@s.
  5. Inviertan en su educación, cada día se aprende algo nuevo: yo cada vez que puedo, invierto mis ahorros en mi educación (cursos, talleres, diplomados, etc.), ya que lo más valioso que poseemos es lo que está en nuestro cerebro, y es eso lo que nos diferencia del resto. Descubrir cómo podemos aplicar todo lo que sabemos para agregar valor y generar bienestar a la sociedad es parte de nuestra misión en la vida.
  6. Busquen mentores: siempre es bueno apoyarse en alguien mayor que pueda orientarnos cuando tengamos dudas o aconsejarnos desde su experiencia. Ojo que no significa que porque nos lleve unos cuantos años siempre tenga la razón.
  7. Aprendan a trabajar en equipos multidisciplinarios: para sacar adelante proyectos, sobre todo de innovación, se necesitan diferentes puntos de vista sobre la mesa a la hora de tomar decisiones.
  8. Armen su comité de loc@s: encuentren personas tan apasionadas por un proyecto como ustedes mism@s y unan fuerzas para lograr resultados sorprendentes.
  9. Identifiquen su propósito en la vida: esa razón por la que nos levantamos cada mañana
  10. Busquen inspirar a los demás, a través de lo que hacen. Prediquen con el ejemplo.
  11. Conéctense con el ecosistema: eso nos ayuda a que nuestros esfuerzos se multipliquen al generar sinergias
  12. Desarrollen su red de contactos: nunca sabemos a quién podemos conocer y si esa persona nos puede ayudar o nosotros a ella (es un ganar-ganar)
  13. Tengan referentes en el mundo del emprendimiento e innovación: si alguien más ya lo hizo, nosotr@s también podemos!!!
  14. Anoten todas sus ideas (por más locas que parezcan)
  15. Aprendan a hacer un buen pitch: es básico saber vender nuestro proyecto contagiando la misma pasión que sentimos a los demás (futuros socios, inversionistas, usuarios, etc.)
  16. Identifiquen los puntos de dolor (pain points) de sus usuarios: hay que innovar centrándonos en los usuarios, ya que sin ellos, nuestros emprendimientos no tienen razón de ser, simplemente serían hobbies.
  17. Experimenten constantemente (prueba y error): y si son experimentos baratos y de corta duración, mejor.
  18. Desarrollen su resiliencia 
  19. No dejen que el mundo corportivo apague su espíritu emprendedor: conviértanse en intraemprendedores.
  20. Persigan una causa que les apasione: por ejemplo, a mí me inspiran los ODS, y dentro de ellos, el tema de igualdad de género. #HeforShe
  21. Hagan una pausa de vez en cuando: siempre es bueno desconectarse para recargar energías y no terminar con surmenage.

Espero que estos consejos que he aprendido (por las buenas o las malas en 25 años) les sirvan. Y quisiera felicitar a este grupo de jóvenes que tuve el gusto de conocer y desearles lo mejor en todos sus proyectos. Esa es la clase de personas que necesitamos en nuestras sociedades: gente que se esfuerza por sacar adelante sus ideas y tratar de hacer de este mundo un mejor lugar para vivir.

UDEP
Cerrando una divertida sesión

 

3 comentarios en “Confesión #32: La emprendedora se confesó

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