Confesión #5: Descubrí que soy una intraemprendedora

Hoy acabo de entrar al blog desde hace algún tiempo y me doy cuenta que mi última publicación fue hace 03 meses, lo cual me apena bastante. Pero por otro lado me pongo a pensar en todas las cosas que me han pasado estos últimos meses y en resumen he descubierto que soy una intraemprendedora.

En estos tres últimos meses, mi carga laboral en una empresa del rubro industrial en la que trabajo de lunes a viernes, se ha incrementado sustancialmente, ya que han aumentado mis funciones, responsabilidades y número de personas que tengo a cargo. Esto me hace pensar que voy por buen camino en mi desarrollo profesional en esta empresa y la primera pregunta que me vino a la mente fue ¿por qué a mi? Bueno, para serles sincera, soy la típica persona que pueden llamar workaholic: tengo hora de entrada a la oficina pero no tengo hora de salida, vivo pendiente del celular de la empresa, a veces trabajo fines de semana y feriados, etc. Ustedes me dirán que está mal, que debo encontrar el balance en mi vida, que el trabajo no lo es todo, etc., etc., etc.

Y no voy a negarles que tienen razón. Pero hago lo que hago por una simple razón: me apasiona mi trabajo. Y ustedes saben que cuando uno encuentra su pasión, literalmente vive para ella. En este caso, es como si cupido me hubiera flechado con mi trabajo, es una cosa de locos. Y lo que más me gusta de mi trabajo, es que tengo total libertad para encontrar nuevas oportunidades de negocio, plantear e implementar proyectos de mejora en distintas secciones dentro de mi área, innovar en varios aspectos, realizar reingeniería de procesos, mejora continua, etc. Quizás si no tuviera todas las libertades que tengo, la historia sería diferente y mi motivación estaría por los suelos.

Esto se debe a que me considero un alma libre y rebelde (en el buen sentido de la palabra) dentro del mundo empresarial. No puedo quedarme tranquila o callada sabiendo que siempre hay algo que puede mejorar o algo en lo que se puede innovar, no puedo no cuestionar el status quo y proponer cosas que me parecen que pueden o deben cambiar, aunque a veces esos cuestionamientos no sean del agrado de muchos, trato que eso no frene mi curiosidad y creatividad (obviamente preguntando y proponiendo alternativas de manera respetuosa, ya que el exponer un punto de vista no tiene por qué convertirse en un campo de batalla). El hecho que una empresa realice unos procesos de cierta manera durante muchos años, no significa que no pueda evolucionar hacia una mejor forma de hacer las cosas: más eficiente, generando ahorros, incrementando productividad, aumentando ventas, reduciendo tiempos muertos o capacidad ociosa, agregando valor, etc., ya que como bien dijo Heráclito: «lo único constante es el cambio.»

Y creo que esa energía, libertad y rebeldía es la que me ha llevado a la posición en la que estoy ahora. Entonces, la segunda pregunta que surgió en mi cabeza fue ¿soy un bicho raro? ¿habrá más gente como yo en este mundo empresarial? E investigando un poco llegué al concepto de intraemprendimiento. Me gustó bastante esta definición:

Método para usar el espíritu emprendedor en las grandes organizaciones, donde se encuentran muchas de las mejores personas y recursos. Pinchot (1985)

Yo pensé que el intraemprendimiento era algo relativamente moderno, pero como habrán visto, hay definiciones desde la década de los 80’s. La clave de esta definición está en las palabras espíritu emprendedor. Los intraemprendedores somos emprendedores al interior de las organizaciones en las que trabajamos. Eso no quiere decir que en un futuro no muy lejano no tengamos emprendimientos propios. Lo que quiere decir, es que mientras decidamos trabajar de manera dependiente en distintas empresas de diversos rubros a lo largo y ancho de este mundo, vamos a llevar ese espíritu emprendedor a cuanta empresa vayamos, tratando de mejorar e innovar en cada aspecto que podamos (y que nuestros empleadores nos dejen), cuestionando el status quo, siendo flexibles, creativos y entusiastas.

Una vez que descubrí el significado, quise averiguar cuáles eran las características más resaltantes de los intraemprendedores, para ver si terminaba de calzar dentro de esta denominación:

  • Son personas críticas con la forma establecida de hacer las cosas, y no aceptan los “siempre se ha hecho así”
  • Suelen tolerar mal la creciente burocracia que impera en las empresas, y buscan (y encuentran) formas de saltársela
  • No tienen miedo a decir lo que piensan, lo que los convierte en empleados “incómodos”
  • Son flexibles y ágiles, y valoran por encima de todo los actos
  • Están comprometidos con el futuro de la empresa, no únicamente con los objetivos particulares creados por su superior directo.
  • Tienen entusiasmo y ganas de cambiar, y no perciben el cambio como algo negativo sino como una oportunidad
  • Aunque pueden tener cualquier “antigüedad”, suelen ubicarse en el tramo donde ya conocen bien la empresa y sus procesos pero todavía no han perdido la ilusión

Fuente: http://javiermegias.com/blog/2012/10/intraemprendimiento-futuro-de-la-empresa-emprender/

Después de leerlas todas, la verdad que me siento identificada al 100%. Pero más allá de estar dentro de una «etiqueta», lo que me alegra saber es que hay personas que buscan mejorar cada día de vida que tienen en todos los aspectos de sus vidas, ya que considero que este tema de intraemprendimiento puede ser a nivel netamente laboral, pero todos somos emprendedores de nuestras vidas. Cada uno ya verá como maneja su emprendimiento llamado «vida» de la mejor manera.

El reto actual de las empresas es saber como identificar, retener y potenciar los talentos de los intraemprendedores, ya que no creo que todas las organizaciones estén preparadas para tener intraemprendedores en sus equipos, por sus mismas estructuras organizacionales rígidas y burocráticas. Tendrían que buscar migrar hacia un esquema mixto, en el que además de exigirles a sus trabajadores que cumplan sus funciones operativas, se les brinde un espacio de generación de ideas en el que sus opiniones y propuestas sean escuchadas y valoradas. Y si bien hay ideas que quizás no sean implementadas, por lo menos se le dio la oportunidad al colaborador de pensar más allá de su día a día y sus funciones netamente operativas y buscar alternativas que agreguen valor a la empresa. Lo peor que puede hacer una organización en la actualidad, es minimizar o mitigar las ideas de sus colaboradores y no dejarlos expresarse con libertad. Algunos empresarios pensarán: «Yo no les pago para que piensen, sino para que ejecuten» o «si necesito ideas, mejor contrato a una consultora externa», pero ahí radica el mayor error. Están negando la posibilidad de que su gente crezca, se desarrolle y aporte con ideas que pueden ser más rentables que muchas de las ideas que pueda plantear consultoras externas, porque son los que mejor conocen el día a día de su negocio (además que sería gratis, ya que los tienen en su planilla). Quizás algunos piensan así por miedo al «serrucho», pero la verdad es que si tu equipo crece, tu como líder crecerás con ellos. Pero si sigues pensando que es mejor no darles libertad y obligarlos a hacer sus tareas operativas, simplemente eres un jefe más y estarás destinado al fracaso inminente.

“Si el intraemprendedor ve que sus propuestas no tienen cabida, probablemente se va a ir. Y se trata de una persona inquieta, con ideas y que busca constantes soluciones a los problemas que detecta. Son personas con hambre de crear cosas nuevas. Por eso, conservar ese capital humano es muy importante, de tal manera de reconocer el valor del emprendimiento y no dejar que se vaya”.

Fuente: http://www.innovacion.cl/reportaje/la-importancia-de-los-intraemprendedores-en-las-empresas/

En resumen, los intraemprendedores somos esos bichos raros o como de manera fashion se les dice «high potentials» en las organizaciones. Somos esas personas, que si conectamos de manera profunda con la misión, visión y valores de una organización nos ponemos la camiseta sin pensarlo dos veces y buscamos potenciar nuestras capacidades y talentos en pro de la organización a través del desarrollo de nuevas ideas y proyectos que agreguen un valor tangible. Pero obviamente, todo este esfuerzo y compromiso debe ser reconocido y valorado por las empresas, porque si bien a veces podemos parecer que estamos súper comprometidos o enamorados de la empresa (como mi caso), si las organizaciones no muestran reciprocidad con aquello que ofrecemos, simplemente no vamos a dudar en cambiar de organización, a una que sí valore lo que somos capaces de aportar y el valor que podemos generar o lanzarnos de una buena vez a la piscina del emprendimiento y luchar por nuestros propios sueños. Porque el espíritu emprendedor, nadie nos lo quita.

Si quieren ahondar más en el tema, les recomiendo que se descarguen este informe de la consultora Opinno titulado  «El Intraemprendimiento: Traspasando el espíritu de las startups a las grandes corporaciones»

 

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11 comentarios en “Confesión #5: Descubrí que soy una intraemprendedora

  1. Me siento muy identificado con este concepto «intraemprendedor «. Decidídamente lo fuí desde que empecé a trabajar en todas las empresas y corporaciones donde laboré dependientemente. Al igual que tú siempre se me asignaba más carga, es que «hay que darle más chamba porque es bueno» parece ser la receta. Seguramente ello te hará escalar posiciones rápidamente y/o tener desarrollo en alguna otra empresa con mayores responsabilidades. Felicidades, a disfrutar de la ruta, ese es el éxito verdadero.

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