Otro año inicia y con ello 365 oportunidades (porque este año no es bisiesto) para ser mejores personas, hacer las cosas cada vez mejor, cumplir nuestras metas de vida para este 2017 y lograr ese cambio que queremos ver en el mundo.
Me gusta pensar que cada año nuevo es un tomo de la enciclopedia de nuestra vida, que cada día es una página de la historia y cada mes un capítulo. Sólo que acá no se pueden editar los capítulos. Cada hoja está escrita con tinta imborrable. Pero eso no tiene que deprimirnos, sino por el contrario, nos debe motivar a tratar de que cada palabra esté escrita de la mejor forma posible, que no necesite corrección. Obviamente, somos humanos y vamos a meter la pata uno que otro día, pero estamos en capacidad de aprender de nuestros errores y tratar de no cometerlos en el futuro (aunque a veces podemos tropezar tantas veces con la misma piedra, que hasta nos podemos llegar a enamorar de esa piedra, pero esa no es la idea).
El 2016 fue un año con sus altas y bajas. Para mi personalmente, fue un año más de autodescubrimiento. Un año en el que pude conocerme más, aprender nuevas cosas, madurar (creo), conocer nuevas personas y nuevos lugares, alejarme de personas tóxicas que al principio no lo parecían, preocuparme más por mi salud, esforzarme en el trabajo y tratar de emprender a la vez, entre muchas otras cosas que pasaron en los últimos 366 días.
Cada quien ya habrá hecho su balance 2016, y si no lo han hecho se los recomiendo. Una de las cosas más valiosas que debemos aprender es a escuchar nuestra voz interior. Puede sonar cliché o algo que les dirían en una clase de yoga o meditación, pero es verdad. Nadie más que nosotras mismas puede saber qué es lo que queremos, que nos gusta y que no, a dónde queremos ir, qué queremos lograr y todas esas preguntas existenciales que pasan por nuestra mente de vez en cuando.
Hay que saber valorar lo bueno que nos pasó y olvidar lo malo. No podemos seguir avanzando si cargamos con toda la mala vibra del año anterior. Hay que saber hacer borrón y cuenta nueva, apretar el botón «reset» cómo si fuésemos un dispositivo electrónico. Si bien todo va a quedar escrito en el libro del 2016, la idea es que luego del punto final de esa historia, podamos abrir el tomo 2017 con la mente despejada, tranquila y dispuesta a iniciar una nueva aventura.
Si nos ponemos a pensar, todo lo que nos pasó en el año que acaba de terminar, nos hace ser la persona que somos en la actualidad. Y eso nos debe llevar a pensar si somos la persona que queremos ser. Pero esa no es una pregunta que se pueda resolver de la noche a la mañana. Yo tengo 25 años y aún estoy en búsqueda de esa y otras respuestas en mi vida. Por eso es importante el autoconocimiento que les mencionaba unas cuántas líneas arriba.
Así como las empresas cada año se trazan metas con indicadores de gestión (ventas, margen de contribución, participación de mercado, índice de satisfacción al cliente, etc.) nosotras también tenemos que ponernos objetivos SMART en nuestra vida. Los objetivos que nos pongamos tienen que ser realistas y alcanzables porque sino lo único que vamos a hacer es frustrarnos y sentirnos mal con nosotras mismas por no poder lograr lo que nos habíamos propuesto. También tienen que ser específicos y medibles, porque sino jamás vamos a saber si los hemos alcanzado y finalmente tienen que tener una fecha de vencimiento (que tendría que ser antes del 31/12/2017).
Así como le escribí mi carta a Papá Noel en Navidad, también quisiera compartir con ustedes algunos de mis propósitos de año nuevo:
- Tratar de ser mejor persona cada día y preocuparme más por los demás. Vivimos en sociedad y hay que saber actuar de la mejor manera para ser felices y no afectar negativamente a nuestro entorno
- Escuchar más aún mi voz interior y descubrir nuevas cosas de mi misma, para poder encontrar alguna de esas respuestas que tanto anhelo
- Cuidar más mi salud y ser una persona lo más saludable posible. Controlar mis niveles de estrés, tratar de dormir 8 horas y hacer deporte (de paso que me sirve para bajar de peso, que es otro de mis propósitos para este nuevo año)
- Seguir en el camino del intraemprendimiento agregando valor tangible en la organización en la que trabajo
- Concretizar la idea de negocio que desarrollé en el 2016 (y si al final veo que no funciona, seguir ideando nuevas formas de cambiar el mundo)
- Potenciar este blog y convertirlo en la herramienta de ayuda a las emprendedoras y emprendedores que quiero que sea
- Sacar la palabra miedo de mi vocabulario, ya que el miedo lo único que hace es paralizarnos
- Vivir sin temores y ser más aventurera. Llenarme de historias que pueda contarles a mis hij@s y niet@s. Carpe Diem!
- Pasar más tiempo de calidad con mis seres queridos. No sabemos cuánto tiempo más los vamos a tener a nuestro lado
- Aprender algo nuevo, quizás un nuevo idioma y descubrir un nuevo hobbie
Obviamente la lista anterior es bastante genérica y la tengo que aterrizar en acciones concretas con deadlines e indicadores. Para eso he decidido llevar una agenda este año, para poder hacer un seguimiento más exhaustivo de estas metas y alcanzarlas antes de finalizar el año. Pero tampoco es que me vuelva una loca control freak, como en todo en esta vida, hay que saber encontrar el balance que nos permita llevar la vida que queremos y que nos haga feliz, siempre y cuando no afectemos de manera negativa al prójimo.
La última reflexión que les quiero compartir es que todo los objetivos que nos pongamos y las metas que definamos, deben ser para crecer nosotras mismas como personas y profesionales. No podemos vivir comparándonos con los demás, ya que lo único que vamos a lograr es llenarnos de envidia, rencor y frustración. Cada persona es un mundo y no podemos pretender ser igual que otros. Debemos valorarnos y saber que somos seres únicos y aprender a ser felices con nuestras fortalezas y tratar de hacer frente a nuestras debilidades para alcanzar nuestras metas y llegar a ser la persona que queremos ser.
¡Feliz 2017!
Un comentario en “Borrón y cuenta nueva…”